una patrulla en las primeras horas de la madrugada." "Yo creo que hasta esas horas va a durar la fiesta, porque miren, allá en el fondo instalaron una orquesta", exclama Piti Saldívar, su pelo rojo le aurolea el rostro, y tres hombres de frac vuelven la vista hacia el punto señalado por su mano enguantada mientras en torno suyo se yerguen las columnas del Palacio de Minería, grises y blancas, austeras, duras, a pesar de las flores