futuro. En cambio sabían desde niñas que no había males más temibles para la buena salud de la sociedad que los que se incuban en un hogar desorganizado. Y organizarlo era competencia indiscutible de la mujer. Mediante esta prerrogativa, recibía ella las llaves de su reino. Pero lo más curioso -y aquí se apunta un tema sobre el que volveremos más adelante- es que aquella competencia o incompetencia femenina había que demostrarla no sólo a través de las capacidades para gobernar
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RECIBIRI - Tomar o acoger [aquello que se da o que se entrega]