a tu aprendiz, y así no hay peligro de morir en la hoguera. ANTONIO.- La botica es distinta, muchacho. Hay gente que no quiere morir ni en la cama. Si las medicinas son malas, hay que inventar otras mejores. BEFFONE.- ¿Aunque os abrasen por ello? Prefiero las sillas. Los hombres también necesitan sentarse para no morirse, ¿no creéis, Antonio di Prato? ANTONIO.- También tu arte es bello y