lolo y que era obligatorio someterse a su interpelación y responder a sus conminaciones. "Hay que definirse", "hay que tomar partido","il faut s'engager", fue el amenazador imperativo, cuya gratuita imposición fue aceptada y observada con el más autocomplacido sentimiento de probidad moral, cuando, por el contrario, no era, en verdad, sino la más innoble y claudicante de las defecciones. Había que tomar partido porque, según la universal mentira
RAT:172.14
ACEPTAR - Admitir o recibir voluntariamente [algo]