jugando con serenidad y concentrado. El Juventud Alcalá no podía bajar de los tres puntos de desventaja. Abarca y Román eran decisivos para Obradoiro y se convirtieron en los mejores jugadores de su equipo. Sólo una factor como el arbitraje pudo acabar con la concentración de los jugadores gallegos. Los colegiados Cantó y Trujillo empezaron a cargar de faltas intencionadas e incluso una técnica para Dosaula. Martín caía eliminado por cinco faltas personales a falta de cuatro minutos para el final. El desastre arbitral