al menos eso pensé yo con una complacencia que brotaba del mismo miedo que me invadía ya por completo. Tampoco necesitaba contemplar la cancela desde mi ventana, pues tenía la clara sensación de que el rostro del gitano flotaba en el aire rodeandome y vigilandome. Me envolvía una atmósfera maligna nacida de su invisible presencia, cuyos signos yo reconocía enseguida. Al día siguiente era domingo. Hacía frío, pero el sol brillaba desde las primeras horas de la mañana. --Está
SUR:103.28
RODEAR.2 - Ir o poner(se) alrededor de [algo o alguien]