y bajo sus pies descalzos un triángulo irregular de tierra rojiza se distinguía confusamente de las hierbas verdes que los otros dos personajes pisaban. En la parte izquierda, una niña aborigen dirigía su mirada de suaves ojos rasgados hacia algo o alguien situado fuera del campo visual. Su boca entreabierta parecía haber sido captada en el momento mismo de hablar a alguien, de invitar quizás a otro niño a sumarse al conjunto. Por encima de ella, un pequeño espacio de cielo azul intenso