el culo. PALOMA.- ¡Ea! Pues --deprisa, deprisa-- lo que hemos hecho es cambiar la porquería de sitio. La casa, unas por otras, sigue sin barrer. Lo de siempre. Y va a sonar la hora. Habrá que tapar los desconchones con los cuadros; los boquetes de las cortinas, con los pliegues; la pringue, con el lujo; y la mierda en general, con la apariencia. Aquí toda la vida se ha