Texto contextualizado: |
cuentos. Había un nombre francés en el anuncio luminoso, pero eso no era raro; lo asombroso fue que la dueña resultó ser una auténtica francesa, del Perigord para más señas. Empezamos a hablar en nuestro idioma, y yo tuve la extraña sensación de que las dos habíamos llegado al mismo tiempo, desde naufragios diferentes, a la isla salvadora. Nuestro encuentro fue alegre. No había otros clientes en la noche tormentosa y helada. Elaine y su marido americano nos pasaron |
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