los dimos afuera. --Estos son para el registro de la Cuna. --¿Son muchos los requisitos? --Así es --sentenció el doctor. Mónica no podía dejar de mirar a su alrededor. Sobre otras mesas de auscultación yacían otros niños, la mayoría más grandes que el de Rosa, pero todos con los brazos y las piernas como hilitos, el cuello de pollo desplumado unido a una gruesa cabeza que se bamboleaba. Montoncitos de miseria rosa, montoncitos de miseria