repulsivos. Bien ajeno, sin embargo, estaba yo a tan gratificadoras y contradictorias sensaciones cuando conseguí aferrar el borde del balcón de la agencia. Me icé a pulso, salvé la barandilla, expelí un suspiro y restañé el sudor que perlaba mi frente y otras partes menos nobles de mi anatomía. La suciedad que empañaba los cristales no era tanta que no me permitiera comprobar que la agencia estaba vacía y que constaba de una sola pieza bastante espaciosa, amueblada austeramente con dos mesas
LAB:058.29
PERLAR - Cubrir algo con gotas, generalmente con lágrimas o sudor