reír a sus espectadores.) --Vamos al teatro. Hice un ademán de sorpresa, pero reprimí cualquier comentario. El teatro estaba en el ala izquierda del castillo, había que caminar más de seiscientos metros. Ya el maitre hacía girar la silla y extendía un plaid escocés sobre las piernas de Alex. No lo puso del lado de los cuadros, sino del negro. Nadie me preguntó si tenía frío, si deseaba ir a mis habitaciones a recoger algo con que cubrir