«Que luchen como yo, que peleen, que arrebaten al hombre su parte del botín... » En cuanto a las que tienen el dinero, la situación es mucho más clara. Como dice Nancy, nunca, jamás van a permitir que otras se beneficien de sus privilegios. Nadie más deseoso de la fuerza que el débil. Nadie más ávido de poder que el que ha sido repetidamente humillado. Y el dinero es el poder definitivo. Dinero para comprar la soledad,
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PERMITIR.1 - Dar, la aoturidad competente, el consentimiento para que se realice [algo].