La seca risita obliga a Hortensia a mirarle más atentamente. Descubre una cara faunesca, burlona y segura. Los ojillos chispean astutos entre los párpados semicerrados y el modelado de las arrugas se ha convertido en piedra viva. -Se puede, se puede -repite esa voz tajante-. Siempre se puede, cuando se quiere. El puño se cierra despacio bajo la mano de Hortensia posada en él y delata toda la voluntad que lo endurece. -Ten cuidado... Ellos
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PODER.1b - (¿Se puede? Expresión) Estar permitido el paso o la entrada