hablaba, los ojos se volvían azul oscuro, gris tormentoso. Su brillo amenazante enviaba chispas a la serena mirada de Julián. III --Tú eres sólo un pequeño burgués --dijo el chico de las gafas. Julián se sonrió y asintió. --Claro --dijo--, pero todo está aquí --y se señalaba la frente con el dedo índice. --Mi padre ha sido siempre republicano --informó el primo. Y David, un poco embarazado, creyó oportuno intervenir: