un sillón, encomendandose a Dios. Pero ¡sí, sí, quietecito! No para, y siempre alegre... No es que ría mucho; es el gesto, la tranquilidad... A lo mejor, la misma enfermedad le engaña; a veces el Señor tiene esa compasión... ¡ Ay, qué triste es llegar a la vejez! ¡Dame una buena muerte, Santa Rita!... Cuando me llegue la hora, claro.» Llaman a la puerta y
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ENGAÑAR - Hacer creer [a alguien] algo que no es verdad