de flores que enlazaban sus extremos... En el centro de aquel universo vegetal estaba la abuela, recostada en un lecho de hortensias. Tenía los ojos inundados en lágrimas y parecía que hablaba con alguien entre las flores. Con cierta regularidad agitaba la cabeza a un lado y a otro como quien niega. Y, sin embargo, sonreía. A veces incluso reía abiertamente y palmoteaba con alegría. En un instante de lucidez, Miguel comprendió con horror quién era su interlocutor.
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AGITAR.1 - Mover(se) [algo] varias veces y de forma enérgica