Storitz y la abuela, de la maldad de ésta y de sus turbias maquinaciones, ¡que habían desembocado en el hurto de sus amuletos para impedir que el abuelo fuera reconocido descendiente de príncipes y príncipe a su vez! El profesor asentía con lentitud, pero no sabía quién era Storitz: por el nombre no había reconocido al Hombre Invisible, el más peligroso asesino de todos los tiempos. Seguro que si iba ahora a la habitación de la abuela se la encontraría conversando con