, Flo --le dijo al comisario. Éste se acercó a mi oído y susurró como si el interesado no hubiera de escuchar la revelación : --Es el señor Ministro de Agricultura, don Ceregumio Lavaca. Sin perder un instante, flexioné las piernas, respiré hondo y me impelí por los aires para saltar por encima de la mesa y besar la mano del prócer, y habría logrado mi propósito de no ser por el centelleante rodillazo que el comisario Flores tuvo a bien propinar