, que la denunció al obispo. -¿ Y el moro obedecía al obispo ? -Bueno, entonces daban miedo los obispos, porque podían condenar; no es como ahora, que ni caso... El moro negaba, el cristiano afirmaba y el obispo preguntó al pastor si la cabra entró en el sembrado o no. El hombre respondió: «Tenía el morro dentro, pero las patas fuera. » Por eso empezaron a llamarle Morrodentro y el mote pasó a los