les propósito calmante, retorna junto al nuevo miembro del Club, en el instante en que es interrogado por don Baldassare. -¿Y usted de qué quinta es, compañero? -Yo fui inútil total... ¡ Soy sordo! -grita el viejo, exasperado por aquel ojo enfrente guiñando constantemente. Enseña los dientes en un forzado intento de sonrisa y se vuelve hacia la puerta. Andrea le sigue, así como la directora, que se afana en dar explicaciones. -