la pianista. Dos juegan al ajedrez: los únicos que no se han vuelto hacia los recién llegados. -Continúe, don Amadeo: su voz está mejor que nunca... ¡ Magnífica!... El comendador es un gran tenor -aclara al viejo la directora. Bueno, insiste en que no la llamen directora. «Yo no dirijo nada; todo lo deciden nuestros miembros del Club. Sólo soy una modesta animadora, una compañera más. » Pero el viejo comprende que