-¡Claro que quiere acostarse conmigo! -responde abiertamente a una alusión del viejo--. ¡Y yo con él!... ¿Qué dices de quince años, zío? ¿No tienes ojos? ¡He cumplido ya diecinueve! «A los trece, mis mozas de Roccasera ya eran tan cautas y reservadas como mujeres. En cambio, esta Simonetta..., ¡libre como un muchacho!... El caso es que hace bien, resulta hasta bonito, limpio