los Trotsky, Oxford University Press, 1978. advertir los orígenes de esta moral: es una versión laica de la guerra santa. El nuevo absoluto logra conquistar la adhesión de muchas conciencias porque satisface la antigua y perpetua sed de totalidad que padecemos todos los hombres. Absoluto y totalidad son las dos caras de la misma realidad psíquica. Buscamos la totalidad porque es la reconciliación de nuestro ser aislado, huérfano y errante, con el todo, el fin del exilio que comienza al