Texto contextualizado: |
por nosotros. El viejo historiador y yo intercambiamos miradas en las que se leía, supongo, la vacilación. Pero el melifluo Pebrotines, sin darnos tiempo a que aquélla influyera en nuestros actos, nos dio unos discretos codazos y dijo: --Deprisa, deprisa; no hagamos esperar al señor Consejero Delegado. Siguiendo su ejemplo, trotamos en derredor de la mesa de juntas, procurando eludir los zarpazos que la soliviantada caterva de consejeros lanzaba al maletín, acompañandolos de propuestas |
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