libertad ya no valían nada? Realmente, no lograba admitir que todo ello estuviera sucediendo y, además, que tal acto hubiese ocurrido viniendo de él. Pero el lugar era grato, la noche le otorgaba un respiro y antes prefirió abandonarse a éste que volver a la tortura de azotarse con interrogantes a los que temía. Aún quedaba tiempo bastante para tomar decisiones: tardarían muchas horas en hallar el cadáver y, en cualquier caso, necesitaba cubrir la huida con medidas cotidianas