un personaje raro, que el público ignora y que unos pocos biólogos, los más famosos, respetan. puedo asegurar que rehúye a los periodistas. Cuando el secretario de redacción me ordenó, desde Buenos Aires, que lo entrevistara, empecé la persecución por toda Europa, que duró un año. Hoy a la tarde salí de Ginebra, seguro de que allá no estaba el profesor, pero no de seguir una buena pista. Pasé por Brigue, subí un camino de montaña