dólares. Gran paradoja: los acreedores son los gobiernos y los bancos de Occidente. Mal comido, mal vestido y mal tratado, el pueblo volvió a mostrar ruidosamente su descontento. En las universidades y en los círculos intelectuales se había iniciado, desde hacía años, un movimiento de crítica filosófica, moral y política. Muchos de esos intelectuales disidentes venían del marxismo; otros del catolicismo. Entre ellos se distinguió Jacek Kuron, que más tarde sería consejero de Solidaridad. Los intelectuales