sino el establecimiento de las libertades y autonomías locales y regionales lo que acabará con el terrorismo vasco. La ETA está condenada a extinguirse, no de golpe sino a través de un paulatino pero inexorable aislamiento. Como ha dejado de representar una aspiración popular, la soledad la llevará a la peor de las violencias: el suicidio político. El proceso será lento pero irremediable. Las actividades de los terroristas italianos han sido, más que nada, la consecuencia de la crisis del