las darme cuenta de que en ninguna parte, fuera de la línea misma --quiero decir las estaciones con sus andenes, y los trenes en casi permanente movimiento--, había lugar y condiciones que se prestaran a su vida. Fui eliminando vías muertas, bifurcaciones y depósitos hasta llegar a la clara y horrible verdad por residuo necesario, ahí en ese reino crepuscular donde la noción de residuo volvía una y otra vez. Esa existencia que bosquejo (algunos dirán que propongo)