selo tenían un brillo de lágrimas no derramadas. Luego miró al padre. Sus ojos estaban secos, y al besarle esbozó una levísima sonrisa, una mueca apenas, y en voz baja dijo: «Adiós, hijo.» Cuando cerró la puerta de su cuarto, David se derrumbó vestido sobre la cama. Una gran congoja le asfixiaba, pero no podía llorar. Sentía que una sombra le cercaba, envolvía su casa, su ciudad, los senderos ceremoniosos de
JOV:113.32
CERRAR.1a - Hacer que [una puerta, ventana o algo similar] deje de comunicar algo con respecto al exterior.