los principios originales por otros sino para realizarlos más plenamente. En México ocurrió lo contrario. A fines del siglo XVIII las clases dirigentes mexicanas --sobre todo los intelectuales-- descubrieron que los principios que habían fundado a su sociedad la condenaban a la inmovilidad y al atraso. Acometieron una doble revolución: separarse de España y modernizar al país mediante la adopción de los nuevos principios republicanos y democráticos. Sus ejemplos fueron la Revolución de Independencia norteamericana y la Revolución Francesa. Lograron