la mesura de su sobriedad, Genoveva contestó: --David no me pagaba. Yo pagaba a David sus aficiones caras, su pasión por los ricos. «...tampoco a ella parece importarle que esté el chico; también parece desear que él escuche todo lo que va a decirse sobre el padre perdido...» --Estoy seguro de que David te odiaba --se oyó decir Julián. «... padre destruido, prematuramente desaparecido, comprado, claudicado...» --Puede