comer a las palomas. Unos niños se entretenían en unos columpios cercanos y ella le animó a unirse a sus juegos, pero Miguel rehusó, dijo que estaba cansado y que prefería volver a casa. Ya para entonces se habían iniciado los preparativos del viaje y el piso entero estaba patas arriba. Entre los montones de ropa de la abuela Miguel encontró una caja de zapatos llena de recortes de periódico. Se entretuvo aquella tarde durante varias horas leyendo los titulares. Alcohólico estrangula