--Flora --llamó en su lengua--. Abre la puerta. Entró en el dormitorio de la hija, mientras la familia contemplaba absorta a Santiago Nasar. Estaba arrodillado en la sala, recogiendo las cartas del suelo y poniendolas en el cofre. --Parecía una penitencia", me dijeron. Nahir Miguel salió del dormitorio al cabo de unos minutos, hizo una señal con la mano y la familia entera desapareció. Siguió hablando en árabe a Santiago Nasar. "Desde