el silencio impresiona. Ancianos cargados de medallas y condecoraciones obtenidas en alguna de las dos guerras mundiales, Africa e Indochina, miembros y simpatizantes de las milicias patrióticas de Charles Martel con sus emblemas y estandartes, turistas japoneses venidos en packagetour retienen el aliento y se oye volar a un mosquito y tres moscas: guardias municipales en uniforme de gala y chascás gloriosamente emplumado están depositando el ataúd sobre el embaldosado de mármol. Con gran solemnidad, conscientes de la trascendental importancia de sus gestos