. Creyó ahogarse sin remisión hasta que un golpe de tos le proveyó de aire. Tosió, con la cabeza turbia y los ojos llorosos, mientras el dolor se recluía no sin dejar una estela intensa y aguda. Inspiró y espiró cada vez más generosamente, recobrando despacio la calma; luego puso sus ojos en el ventanal y gradualmente dejó resbalar la mirada hacia abajo. El cuerpo era casi indistinguible, abrigado por la sombra del respaldo a contraluz; sin embargo, la
MIR:020.06
ESPIRAR - Expulsar aire de los pulmones cuando se respira