dicen defenderlos? Pero, por si estos casos se despachan como desagradables excepciones exteriores y muy localizadas, ya veremos luego otros fenómenos tan sólo digeribles con una dosis todavía mayor de estupidez y de irresponsabilidad. Digamos entre tanto que para esquivar semejantes escrúpulos o suspicacias no le queda a Occidente más recurso que el de alegar que su carisma histórico es el auténtico de Dios, en tanto que el de los otros es del Diablo; lo que equivale a elevar el presente antagonismo bipolar