tete las penas de su corazón. No. La chica recién puesta de largo, aunque hubiera bailado mucho y dijera que se había divertido, al llegar a casa y colgar el traje de noche en el armario casi siempre tenía que reconocer que la habían defraudado en sus expectativas. Ningún hombre había venido a hablarle de las penas de su corazón. Y era un requisito casi indispensable dentro de la noción confusa y exaltada del amor que la mujer elaboraba, apoyandose
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RECONOCERI.1 - Admitir o manifestar [alguien] [la veracidad de algo, esp. un hecho]