salud de la sociedad que los que se incuban en un hogar desorganizado. Y organizarlo era competencia indiscutible de la mujer. Mediante esta prerrogativa, recibía ella las llaves de su reino. Pero lo más curioso -y aquí se apunta un tema sobre el que volveremos más adelante- es que aquella competencia o incompetencia femenina había que demostrarla no sólo a través de las capacidades para gobernar el desorden exterior sino también el interior, o sea la doma de los propios humores
USO:118.19
APUNTARII - Indicar, insinuar por medio de la palabra