»Mi dolor, mi soledad, el alcohol, siguieron jugandome malas pasadas en cada rincón de la ciudad, revolvieron en mi mente imágenes vividas e imágenes alucinadas, y comenzaron a hacerlas girar a una velocidad endiablada. Ya te he contado que en diversas ocasiones creí encontrarte en cada una de tus formas y gestos. Una muchacha paseaba de madrugada por las murallas y en su figura de ángel, en sus pasos leves, alados, en el perfil negro de