todos contra todos», los hombres no tienen más remedio que ceder parte de su libertad a una autoridad soberana que sea capaz de asegurar la paz y la tranquilidad de todos y de cada uno. Sin embargo, el mismo Hobbes admitía que «la condición de súbdito es miserable». Gran contradicción: la erosión de la autoridad gubernamental en los países de Occidente debería regocijar a los amantes de la libertad; el ideal de la democracia puede definirse sucintamente así: un