capa de hojas secas y comenzó a acompasar su marcha a aquel crujido. Pero no se volvió. Sentía que si disminuía la marcha o si se detenía para arrojar alguna rama seca al río, también se atenuaban los crujidos, o cesaban. Jano no dudó que era Betina quien le seguía. Aceleró el paso hasta una de las curvas que daba la carretera y, repentinamente, se escondió a la derecha, entre unos matorrales que descendían hacia el río. Betina no tardó
CAR:084.30
CESAR - Dejar de producirse un fenómeno o una acción