se se funerario, que declarando abiertamente su condición de simulacro mal podría envolverla, sino en la concepción de la cultura como patrimonio. Un patrimonio, en efecto, es algo que, no hay cáscaras, o pertenece a los Guerra o pertenece a los Luca de Tena. Lo mismo que un cortijo, ¿qué más da?; algo que si es de unos, no puede, evidentemente, ser de otros. Lo que los Guerra tienen contra los Luca de