Gibraltar es como el sueño de un artillero enloquecido, un sueño que es delirio o pesadilla para cualquier humano normal. El propio desarrollo de la artillería -que, naturalmente, mejoraba también la capacidad agresiva del posible ofensor-, unido a las características de plaza fuerte asediable y bloqueable, junto con las de pequeño enclave inscrito en país extraño y lejano a la metrópoli que le añadió la posesión británica, forzandolo a predisponerse para largos períodos de aislamiento, fueron las circunstancias por