a este proceso de equiparar la defensa del culpado con la culpa misma. Pero regímenes, procedimientos de justicia, legalidades y legitimidades tienen ya demasiados entendedores, veedores y fiscales frente a la poca atención que suele merecer el sentimiento justiciero; deseo aclarar que éste -su estado de mayor crueldad o mayor benignidad- y no aquéllos, es aquí mi tema. En El círculo de tiza caucasiano, Bertolt Brecht hizo una especie de defensa póstuma del zarevitch matado por los bolcheviques y se