porque lord lo oía yo hasta hoy como una palabra plenamente terrena, inaplicable a lo sobrenatural. La ceremonia entera fue amenizada por un coro de seglares, que cantó, por cierto, las partes de la misa en purísimo latín, acompañado por la banda del primer batallón del Regimiento del Duque de Wellington, destinado actualmente en la guarnición de la ciudad. De manera especial me gustó oírles acompañar el siempre cálido "Agnus Dei qui tollis peccata mundi, miserere nobis",