lopor decirlo con más autorizada y más refitolera precisión- la cuotaparte de influencia que le corresponde a España en el concierto mundial de las naciones no llega a ser tal vez la de un cero a la izquierda, pero sí cabe asegurar que no rebasa la de unos pocos decimales a la derecha. Por eso, sólo a voluntad suasoria o wishful thinking puede achacarse la confianza de Paramio y de Claudín en que "el responsable camino de entrada" permita a España ejercer