o indiferentes", pero que "la responsabilidad es de los participantes". Los dos líderes mantuvieron un encuentro de dos horas en la sede de la embajada soviética en Madrid que ambos calificaron de "constructivo" y en el que abordaron la situación interna en la Unión Soviética y las últimas propuestas de desarme. Aunque se trataron cuestiones relativas a la situación económica soviética, Bush no prometió ninguna ayuda concreta. Era el primer encuentro que ambos dirigentes mantenían después del intento de golpe