los codos, a ver, a ver, para que sigas haciendote el gracioso. Salí una tarde; en la puerta me devolvieron mi traje y mi abrigo; no se dieron cuenta de las monedas en el forro y pude partir a Africa. Vinieron los meses de entrenamiento, el cuscús, el encuentro con los aliados, mis misiones secretas de enlace entre los dos ejércitos, mi ascenso a capitán; en los Headquarters de la Seventh Army me entregaban a gritos documentos